Arte y música como recursos para el aprendizaje

Arte y música como recursos para el aprendizaje

El arte y la música son herramientas fundamentales en la intervención con niños con autismo porque favorecen el aprendizaje, la comunicación y la interacción social de manera natural y atractiva. Desde un enfoque centrado en el Análisis Aplicado de la Conducta (ABA), ambos pueden integrarse en la educación para desarrollar habilidades mientras el niño disfruta y participa activamente.

Beneficios de la Música y el Arte en Niños con Autismo

1. Desarrollo de la Comunicación

La música y el ritmo pueden ayudar a los niños a asociar palabras con sonidos, lo que facilita la adquisición y el uso del lenguaje. A nivel neurológico, el ritmo activa redes neuronales que conectan la percepción auditiva y motora, aumentando la probabilidad de que el niño aprenda nuevas palabras y las repita.

Ejemplo: Canciones populares como La Vaca Lola pueden ayudar a los niños a relacionar palabras con conceptos concretos. Si canto: “La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace…” y hago una pausa antes de la última palabra, es más probable que el niño la complete con “¡muuuu!”. Si estoy enseñando el sonido de los animales, el uso de una melodía aumenta la probabilidad de que el niño lo identifique mejor que si simplemente le pregunto: “¿Cómo hace la vaca?”. Además, esta estrategia mejora la anticipación y la participación activa en la comunicación.

2. Regulación emocional y sensorial

El arte y la música pueden ser herramientas efectivas para la regulación emocional, ya que brindan un espacio para expresar sentimientos y manejar la sobrecarga sensorial de manera estructurada y placentera.

Ejemplo: Si un niño está inquieto o frustrado, reproducir una de sus canciones favoritas y guiarlo para que respire mientras la escucha puede ayudarlo a redirigir su atención y encontrar un estado de calma. Asociar la canción con un momento de relajación le proporciona una herramienta que podrá utilizar en situaciones futuras.

3. Desarrollo de Habilidades Sociales

Participar en actividades artísticas o musicales en grupo fomenta el contacto visual, la espera de turnos y la cooperación con otros niños dentro de un ambiente seguro y predecible.

Ejemplo: En una actividad musical con tambores, cada niño toca su tambor cuando escucha su nombre, promoviendo la atención conjunta y el reconocimiento de turnos.

4. Facilitación del Aprendizaje y la Generalización

La música y el arte pueden utilizarse para enseñar conceptos académicos y habilidades funcionales de forma multisensorial, lo que mejora la retención y la generalización del aprendizaje.

Ejemplo: Si estoy enseñando los números, puedo acompañar cada número con un sonido de maraca, reforzando así la asociación entre la cantidad y su representación auditiva.

5. Exploración y Desarrollo de la Espontaneidad

El arte y la música proporcionan un espacio donde los niños pueden experimentar y expresarse libremente. Aunque al principio puedan necesitar modelos o apoyo, con el tiempo pueden desarrollar sus propias ideas e iniciativas.

Ejemplo: Si un niño está pintando y solo usa un color, puedo mostrarle cómo mezclar colores y luego permitirle explorar cómo quiere aplicarlo.

Estrategias Prácticas desde el Análisis Aplicado del Comportamiento

1. Uso de la música como motivador para completar tareas

La música puede hacer más atractiva una actividad que el niño no disfruta tanto, aumentando su compromiso y ayudándolo a completar la tarea con mayor facilidad.

Ejemplo: Si un niño tiene dificultades para ponerse los zapatos, podemos cantar una canción corta mientras lo hace. La música lo motivará a terminar la tarea antes de que la canción termine.

2. Variación de canciones y estilos para promover la generalización

Si siempre utilizamos la misma canción o formato para enseñar un concepto, el niño podría asociarlo únicamente con ese contexto específico y no aplicarlo en otras situaciones. Variar las canciones y las estrategias de enseñanza ayuda a mejorar la generalización.

Ejemplo: Para enseñar saludos, un día puedo cantar una canción con “Hola, ¿cómo estás?” y al siguiente usar un juego de palmadas para decir “Buenos días” en otro ritmo, promoviendo flexibilidad y adaptación.

3. Uso del ritmo para facilitar la adquisición de patrones y secuencias

El ritmo ayuda a estructurar la información y completar patrones, facilitando el aprendizaje de secuencias tanto visuales como verbales.

Ejemplo: Si quiero que un niño continúe un patrón de colores, puedo decir con ritmo “rojo, verde, amarillo, rojo, verde…” y esperar a que él complete con “amarillo”. El ritmo le facilita hacerlo de manera natural.

Conclusión

El arte y la música pueden integrarse en la intervención ABA para potenciar la comunicación, la regulación emocional, la socialización y el aprendizaje en niños con autismo. Más allá de ser herramientas motivadoras, permiten estructurar el aprendizaje de forma multisensorial, favoreciendo la espontaneidad y la generalización de habilidades en contextos cotidianos.

 

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